Las tortugas son estupendos animales que destacan por su antigüedad, están en el planeta desde el periodo Triásico, esto ha favorecido y propiciado el desarrollo de un asombroso proceso evolutivo, por lo cual se han adaptado a drásticas condiciones de forma exitosa, en parte, por las características de su caparazón y su mecanismo retráctil. Una de las mayores modificaciones ha sido el cambio de toscas patas por aplanadas aletas, con el fin de sobrevivir en el medio acuático y asegurar la supervivencia de la especie. Los huevos de tortuga son únicos.
El paulatino movimiento de las placas tectónicas a través de millones años, generó notables diferencias en la evolución de estos reptiles, con resultados totalmente distintos según las condiciones del hábitat, dando paso a una gran diversidad, por esta razón, el tiempo de gestación, desove, incubación y eclosión es muy cambiante de una especie a otra. No obstante, la realidad es que al salir del cascaron, las tortugas sobre todo las marinas, se enfrentan a múltiples factores y condiciones que amenazan su vida.
Las amenazas a pesar de ser de diversa índole generan el mismo producto, es decir, la reducción de la población y número de crías que llegan a la adultez, dejando a muchas especies en condición reducida y en situación de desprotección y riesgo.
Los quelonios se ven groseramente afectados por las actividades humanas y el desenvolvimiento abrupto de estas, en especial la caza y saqueo de los huevos de tortuga no ha permitido margen de adaptación. Nuestra presencia sigue marcando la estadía y prevalencia de las tortugas, poniendo en nuestras manos el destino y predominio de estos maravillosos seres vivos, de allí nace la necesidad de concienciar sobre su importancia en los ecosistemas y las innumerables consecuencias que traerá su desaparición.
Generalidades reproductivas de las tortugas
Las tortugas pertenecen al Reino Animalia, Clase Sauropsida y Orden Testudines, son animales de sangre fría, vertebrados y tetrápodos, caracterizados por tener un tronco ancho y corto que se encuentra bajo la protección de un caparazón convexo, usualmente óseo, el cual, a su vez recubre y protege los órganos internos de su cuerpo.
Son el grupo de reptiles más vetusto, se estima con base en fósiles que tienen en la Tierra aproximadamente 200 millones de años, se piensa además que la primera especie fue el Odontochelys semistacea, nativa de Asia meridional en el periodo geológico Triásico de la era Mesozoica, hoy en día se han reportado unas 356 especies.
Estos animales a través del tiempo, han desarrollado una serie de adaptaciones para adecuarse a los cambios ambientales y continentales, son capaces de vivir tanto en el medio terrestre como acuático, y residir en casi todos los ecosistemas a excepción de la Antártida, por ello pueden encontrarse en montañas, océanos, lagos e incluso desiertos. Resalta sin embargo, que las más abundantes son las tortugas de agua dulce.
Estos vertebrados son de reproducción ovípara, los ejemplares llegan a su madurez sexual generalmente entre 5 a 8 años después de su nacimiento, parámetro que varía de acuerdo a la especie y subespecie. Previo al acto sexual, ocurre un característico ritual denominado en el reino animal como “cortejo”, este definirá si la hembra está o no de acuerdo con el apareamiento.
Una vez ocurrida la particular cópula de fertilización interna, la hembra gestará los huevos durante un periodo variable según sea el ejemplar. Al transcurrir este tiempo, los huevos de tortuga son enterrados para brindarles protección y calor, cavando un agujero de profundidad variable para realizar el desove, finalizada la incubación iniciara la eclosión, y se esperaran 48 horas para que se produzca completamente.
Concluida la oviposición, la hembra abandona el nido y regresa al agua, suele poner una nidada aproximadamente cada 2 semanas durante el periodo reproductivo, el número de huevos es variable y el tamaño es regularmente de 4 a 7 cm, incluso, hay reportes de enormes nidadas con 400 huevos. En una temporada la hembra puede hacer de 3 a 8 nidos, en el caso de los quelonios marinos pueden anidar cada 2 o 4 años.
La incubación ocurre en determinadas condiciones de calor y humedad, que permitirán en situaciones normales, el apto desarrollo del huevo, y por lo tanto del embrión. Si ocurren cambios en algunos parámetros físicos durante este estado, se expresaran en la crías, por ejemplo, está demostrado que la definición del sexo depende de la temperatura, un aumento de ésta determinara mayor porcentaje de hembras. Cabe destacar, que el incremento desmedido de calor puede matar o impedir el crecimiento del embrión.
Si sobreviven y ocurre la eclosión, las recién nacidas de cerca de 5 cm se enfrentarán de forma abrupta al mundo desconocido, seguidamente, llevaran a cabo largos desplazamientos orientados por el Sol o la Luna hacia el agua, e intentarán a toda costa ganar la lucha contra otros depredadores incluyendo a los seres humanos.
La dura batalla de los huevos de tortuga
La lucha de los huevos de tortuga empieza incluso antes de nacer, se ven afectados por causas naturales que conducen al rompimiento e interrupción de la incubación, por ejemplo, ocurre la destrucción de huevos por sobre posición y cambios en las condiciones cuando hay alta densidad en un nidada. De los millones depositados en una temporada, se ha establecido que entre un 5% y 30% tienen éxito en el nacimiento de tortugas.
Realizado efectivamente el desove, los huevos de tortuga pasan tiempos variables enterrados en la playa, donde se ven afectados y amenazados por una gran gama de depredadores, que van desde cangrejos, ratas, serpientes, lagartos, escarabajos y aves costeras hasta mapaches y zorros. En algunos casos, la hembra no alcanza a desovar, y es devorada por cocodrilos de agua salada.
De estos, su mayor amenaza son las aves rapaces, que consumen tortugas acuáticas y terrestres tanto en etapa adulta como jóvenes en el trayecto de desplazarse al mar u océano. Al llegar al agua se enfrentaran con nuevos enemigos como orcas y tiburones, en especial la participación del tiburón tigre.
Lo cierto es, que un gran número de animales son grandes depredadores de los huevos de tortuga. Sin embargo, el mayor cazador de estos es el ser humano, muchas veces capturan tortugas de diferentes edades y tamaños accidentalmente con pescas de arrastre, al ser identificadas son liberadas lastimadas o incluso muertas.
Por otro lado, el robo de huevos una práctica que acarrea consecuencias legales, lamentablemente es un acto todavía ejercido por cazadores, ya que en algunas culturas son considerados manjar y signo de virilidad masculina, a pesar de que estas propiedades afrodisíacas no han sido demostradas.
De acuerdo con estudio efectuado en México por Castro González y Pérez-Gil Romo, los huevos de tortuga Golfina y Oliva, una de las especies más abundantes y de amplia distribución geográfica, constituyen una opción para el desarrollo de productos alimenticios por su proteína de alto valor biológico y ácidos grasos.
La publicación señala que la concentración de proteínas en estos huevos es mayor que la de los huevos de gallina. Sin embargo, según la agencia de noticias EFE, trabajos de investigación efectuados en las costas del pacifico panameño, han detectan que los huevos de tortuga se encuentran cada vez más contaminados con metales como cadmio, mercurio y plomo y por ello se considera, que pueden ser potencialmente peligrosos para el consumo humano.
En algunos países del continente Americano como Costa Rica, el saqueo de huevos posee cifras alarmantes, según la ONG Widecast se estima que en el 80% de las playas públicas se saquean huevos. Los nidos se ven amenazados por grupos vandálicos armados, quienes crean mercados ilegales de venta de nidos para el consumo.
Según la BBC Mundo, se han presentado deplorables robos armados y violentos de hasta 1.500 huevos de tortuga baula. Esta es la especie más grande del mundo y se encuentra lamentablemente en peligro de extinción, por esta razón, muchos huevos son custodiados por voluntarios, pero en algunos casos, son amordazados y lastimados para poder llevar a cabo los actos ilícitos.
También se han facilitado propuestas para el consumo controlado de huevos, propiciadas por el hecho de que las tortugas marinas no pueden levantar su cuerpo sobre la arena, por lo que, en el arrastre propio del retorno de las hembras al agua, rompen accidentalmente huevos al pasarles por encima, por ello, se les permite a comunidades específicas extraer una estricta cantidad para el comercio local.
La matanza de quelonios maduros, sobre todo hembras, es igual de perjudicial para la especie, no sólo por que resta un ejemplar, sino también su facultad reproductiva, es decir, los huevos que pudo haber puesto en un futuro se han eliminado. También destaca la caza furtiva de tortugas, especialmente “careyes”, para retirarle su caparazón con fines comerciales en la fabricación de peines, monturas, aretes y hebillas, así mismo, son atrapadas para venderlas disecadas y barnizadas con fines decorativos y ornamentales.
Otras amenazas importantes derivadas de la actividad antrópica son la contaminación de su hábitat y el calentamiento global, que afectan el funcionamiento de su ciclo reproductivo, ya que el aumento de temperatura genera mayor número de hembras, disminuyendo la variedad genética y poniendo en riesgo la procreación.
El ser humano afecta de otras formas a las tortugas, por ejemplo, el desarrollo costero y la expansión urbana en estos espacios, representa un factor que amenaza la reproducción exitosa de los quelonios, muchas playas de desove, han quedado en menor proporción o incluso eliminadas. Aunque cabe la posibilidad de que las tortugas se vayan de estas áreas, el crecimiento turístico e industrial exponencial es un peligro inminente y conduce a la degradación y destrucción de su hábitat natural.
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Importancia y concientización del resguardo de los huevos de tortuga
En el planeta, la interacción entre individuos de una misma especie y entre especies diferentes con el ambiente, juega un papel de vital importancia, conformando un equilibrio en el que se establecen complejas interacciones que han potenciado la diversidad biológica como garantía de supervivencia. Las distintas especies enriquecen y nutren el ecosistema, por esta razón, conservar la vida se vuelve una prioridad, no solamente cuidar los ejemplares existentes, sino también procurar mantener su hábitat y su ciclo reproductivo.
La mayoría de especies extintas en los últimos 2000 años han sido producto de actividades humanas como deforestación, sobrepoblación, contaminación, calentamiento global y cambio climático, poniendo en riesgo la vida de miles de animales, entre ellos las tortugas. Muchas especies de este reptil se encuentran en peligro de extinción.
Además de representar la perdida de una especie y una disminución de la biodiversidad, las tortugas son una pieza fundamental en el rompecabezas de un océano saludable, su desaparición desencadenaría importantes consecuencias para el resto de especies y por lo tanto, para la actividad humana.
Gracias a la excavación y arrastre propio del proceso de anidación de los huevos de tortuga, se produce la remoción de miles de toneladas de arena, manteniendo un equilibro ecológico en las playas, además, la oviposición en cuestión, es responsable del desarrollo de ciertos nutrientes indispensables en la vida de muchos insectos y microorganismos del ecosistema costero.
En cuanto a su alimentación, es relevante destacar que el reino animal se sostiene sobre una pirámide alimenticia con un concepto de presa y depredador, donde los quelonios mantienen un papel relevante. Estos, son uno de los mayores consumidores de medusas, y su desaparición provocaría la plaga de medusas en millones de playas, representando una amenaza para la sociedad y el desarrollo turístico.
De igual forma, algunas especies herbívoras se alimentan de algas marinas, reduciendo de manera significativa el número de estas en el agua, y la ausencia de quelonios aumentaría la presencia de algas en toda la zona costera, dificultando así el avistamiento del variado ecosistema acuático mediante el buceo.
La preservación de las tortugas es de vital importancia a nivel global, su rol en el mantenimiento de la cadena y red alimenticia, la limpieza del ecosistema tanto terrestre como acuático, y su papel dispensador de nutrientes en la creación de hábitats es imprescindibles para el desarrollo de otras especies.
Conclusión
Las tortugas son animales increíbles que han habitado el planeta incluso antes de que los dinosaurios fueran el grupo predominante, han desarrollando particulares y sobre todo funcionales adaptaciones a distintas condiciones ambientales, dando como resultado características complejas dignas de admiración y sobre todo de preservación.
Estos reptiles atraviesan un periodo difícil al cual no tienen forma de adaptarse, el ser humano ha abusado, contaminado y modificado su hábitat, poniendo en riesgo a más del 60% de las especies. Prácticas como el consumo de huevos de tortuga, la pesca accidental, la caza furtiva e indiscriminada, y el calentamiento global producen una reducción desmedida e irremediable de los ejemplares.
Muchas actividades y procesos serán afectados por las terribles consecuencias que originaría la desaparición de estos reptiles, entre ellos, el papel fundamental que ocupan en el equilibrio ecológico de los ecosistemas que habitan, su comportamiento dispensador de nutrientes para otras especies, su posición en el mantenimiento de la cadena alimenticia y la estructura de diferentes comunidades biológicas, lo que evidentemente repercutirá sobre la actividad humana y el funcionamiento del planeta.
Es evidente la situación de amenaza que enfrentan los quelonios, lo que lleva a destacar la importancia del cuidado y preservación de estos preciosos y antiguos animales, motivo de impulso mundial para la creación de grupos de voluntariado y equipos de personas avezadas, que además de intentar darle resguardo y protección a los huevos, se encargan de informar a la sociedad sobre este sensible tema.
